viernes, junio 09, 2006

Cuentos para Benjamin "El Marcianito Klotz" PARTE I - CAP III

III.- LA SOSPECHA:

Aquel verano en que el tío-abuelo de Ze-panchi, los visitaba, como todos los años, porfesor de Química en estados Unidos, con un manejo expedito de un laboratorio bien dotado, y que había tenido ese día la oportunidad de alternar con Ze por algunos momentos y respondía a las preguntas de Ze:
- ¿Dónde vives tú tío?
- Yo vivo con Dino y Luva Jr en long Island News,respondió Luva.
- ¿y tú tienes un la, la,la baratorio allá?
- Sí efectivamente allá trabajo yo haciendo algunas cosa – respondió Luva

Nunca sospecharían Luva y Zé, que esa simple pregunta, les significaría a ambos, un cambio tan brutal en sus vidas que si alguien, alguna vez se los hubiera advertido, era tan descabellada la idea, que igual habrían hecho caso omiso a la advertencia de no hablar de la profesión de Luva, y habría continuado el diálogo con el mismo tema.
Lejos, en 525-Nova I, los auriculares de Klotz, captaban nítidamente esta conversación y se decidió a tomar la iniciativa, en virtud de el tiempo , quien corría aceleradamente en contra de su supervivencia y decidió: Ze es mi objetivo y él será mi fuente de inspiración para mi idea que he plasmado en la memoria de mi computador.. En realidad lo que terminó por decidirlo, fue esta inesperada conexión que logró pesquisar, entre el pequeño Ze y su tío Luva, profesor de química.
Desde ese día Luva siempre tuvo un alumno más en sus clases, por cierto, nunca lo percibió, pero dentro de su experiencia como docente, específicamente en sus clases de Química Orgánica, cada vez que llegaba a su casa y Dino le preguntaba:
- Everything is OK tío?
- Ya, Ya , pero fíjate, que cada vez que inicio la clase y enuncio el tema: hoy hablaremos de los enlaces del Carbono, por ejemplo, siento que la clase se concentra mucho, y las preguntas son interesantes, pero lo que más me llama la atención es que las preguntas interesantes, muchas veces provienen de alumnos que en otras ocasiones, simplemente no preguntan, o sus preguntas distan mucho de ser interesantes… me da que pensar… Y si voy más allá, ¿te acuerdas aquella conferencia que me pidieron acerca del DNA (Acido Desoxirribonucleico), y sus implicancias legales, en que el auditórium era más bien de los padres de los alumnos, que no tienen porqué saber la situación del DNA, sus enlaces, sus Bases Púricas, en fin cosas ya de estructura molecular, y las preguntas, ¡vaya que fueron de alto nivel!, tanto así que al final me acerqué a uno de los que preguntó y mi idea era que con seguridad era docente en la especialidad, pero no! Él era jefe de Seguridad de un grupo de Guardias de un Supermercado! Y él mismo se extrañó de sus preguntas, pero no conversamos más pues él estaba apurado. Curioso… pensó Luva.

Zé con tres años entretanto, no dejaba de sorprender por sus progresos día a día, su lenguaje era prácticamente completo, su razonamiento y comprensión excelente, su salud física mejor aún y su genio… difícil, en ocasiones sus reacciones eran de una rabia fuerte, a veces muy tierno, llorón y su llanto traducía sentimientos, con algunos momentos reflexivos, siempre sacando conclusiones de alguna situación o conversación, nunca desubicado, muy conocedor de su entorno y de sus familiares. Precisamente en este momento estaba siendo inspeccionado por Klotz, quien ya tenía muy claro su objetivo. Era con ocasión de un cuento que le estaba contando su abuelo Lorca (Tata Lorquita en un primer momento y Lorquita a secas actualmente). A la sazón versaba acerca de Telescopios, estrellas y astronomía, básica por supuesto, sabedor Lorca de que en pocos días más visitarían un Centro de Astronomía en la ciudad de Vicuña y a Lorca le interesaba que Zé supiera algo de lo cual se iba a tratar. No fue coincidencia entonces, que cuando llegaron al Observatorio, el guía hablara de telescopios y Zé acotara claramente:
- Ah! si sé Lorquita me contó de los telescopios- Pero lo sorprendente fue la facilidad con la cual localizó a aquel planeta rojo, que sobresalía de los demás y que rápidamente concitó su atención, bastante más que la Luna, que en ese momento aparecía tras el macizo de Los Andes en forma impresionante. Tres horas duró la experiencia, las cuales pasaron rápidamente y durante las mismas que Zé disfrutó de todo aquello..
La pregunta que me asalta ahora es , si su madre Cris, hubiera sabido de que en ese mismo momento , estaban siendo cuidadosamente monitoreados en 525-Nova 1 por Klotz y su profesor , extrañadísimos por la intensidad de la señal devuelta hacia ellos, sin saber que en la zona de Vicuña, se daba esta condición, de las mejores del mundo en cuanto a visibilidad del panorama galáctico. ¿Habría aceptado Cris de ir al Observatorio?, ¿habría estado tan tranquila cuando en la sesión instructiva, que se brindaba a los asistentes se hubiera mencionado varias veces la palabra Peñaflor?, claro, orgullosamente la familia de Lorca respondía que vivían en Peñaflor cuando el astrónomo inquiría acerca del lugar de donde provenía la audiencia.
- Suecia, si, lo he ubicado, Inglaterra también, Perú también, ¿pero Peñaflor?, comentaba dubitativo Klotz frente a su profesor.
- Espera Klautz aquí tengo este libro al cual llaman diccionario y que me parece que es de una edad previo a la aparición de los ordenadores, pero que en alguna ocasión lo vi usar.
- Peña es igual a una piedra o roca de diferentes tamaños y formas; Flor, aparece como, parte de una planta en la cual se realiza la reproducción, generalmente de bellos colores, pues una de sus funciones es atraer a los pequeños insectos encargados de acarrear el polen de una a otra, así favoreciendo la fecundación y el desarrollo de un nuevo ser.
- ¡ Pon atención a lo último Klaus: favoreciendo la fecundación y el desarrollo de un nuevo ser!.
En ese momento Klotz recordó la impresión que le había causado aquella incursión en que descendió en un sector de Chile que después supo denominaban “desierto florido” y que tanto llamó la atención a Klotz, que incluso produjo en él una sensación por sobremanera extraña y que al poco tiempo pudo deducir que era algo que los habitantes de la tierra llamaron “placer” = sensación muy agradable percibida por los órganos de los sentidos.
Cada viaje en realidad era un montón de nuevas piezas para su crucigrama, pero que cada día hacían más apoyable su teoría para la cual habría de dedicar estos últimos tres períodos de su vida. Lo de ahora : existen seres vivos , aparentemente no móviles, pero que sí se reproducen al igual que los humanos. Y era aquello la motivación por las flores de Klotz, su capacidad reproductiva y no su belleza, pero digamos que, tampoco fue completamente inmune a la espectacular belleza que mostraba en aquel Septiembre el precioso fenómeno del “Desierto Florido”
Todas estas divagaciones desataban tremendas conexiones sinápticas en el cerebro de Klotz y finalmente decidió que no siempre aquello que literalmente él pensaba que significaba algo, realmente no siempre era así, el caso de Peñaflor, era simplemente la manera como nombraban a aquel grupo mayor de casas, el cual denominaban pueblo y en la cual a la sazón vivía Zé y su familia. Rápidamente transmitió las coordenadas y tremenda fortuna, descubrió nada menos que dos Hitos Cero, enclavados en el suelo de Peñaflor, que correspondían a hitos fijados por el Instituto Geográfico Militar chileno, para facilitar sus labores de instrospección terrestre por sistema GPS(**). Recibir la señal e incorporarla a su ordenador no demoró más de un minuto y el resto fue muy fácil, un simple rastreo de los documentos del vehículo en que se movilizaba Zé y familia, para poder desplegar en su cosmorama en 360 grados al pueblo completo de Peñaflor, dos acercamientos bastaron para llegar a la casa de Zé y poder dejar fija la imagen para continuar con sus observaciones futuras.
Esa noche Zé y Klotz en sus respectivos planetas no durmieron: el uno inspeccionando y el otro, en forma inconciente, resistiéndose a entregar más información.
Para Klotz el puzzle ya estaba por completarse, más aún aquél día en que Luva no podía haber sido más explícito, y corroboraba en 100 % a aquellos resultados que Klotz había llegado, por métodos astrofísicos muy sofisticados, pero que como todas las cosas, necesitaba escucharlo de la boca de algún entendido en la materia de nuestro planeta
-¿ Entonces profesor Luva: sin Carbono, no hay vida simplemente?
- Efectivamente Miss Wallace, la base de toda nuestra química es la molécula de carbono, si Uds. ven el Sistema Periódico de los Elementos lo ubicarán aquí, con todas sus características que lo describen. En ese momento aparece la proyección de la Tabla con el Carbono en la parte superior derecha, mostrando su configuración y en forma resumida sus características.
El “corazón” de Klotz dio un vuelco, incluso amenazó pararse, tanto así que alcanzó a sacar su desfibrilador portátil y encenderlo ante la eventualidad, pero no fue necesario.
Es curioso pensó Klotz la inusitada transparencia de los científicos terrestres, con qué facilidad revelaba situaciones que (para él, o para Marte) eran tan trascendentales. Esta manifestación tan habitual, y de práctica diaria de sentir la necesidad de comunicarlo todo, que él había apreciado en los terrestres, bien podía obedecer a dos cosas: maximizar el ego de cada uno (más comunico=más se), o bien una sensación de desear el bien para todos y de esta manera, comunicar mi hallazgo significa que tú también te puedes beneficiar de él. Nunca, en realidad Klotz podría descifrar el yo del ser humano, pese a todo su avance científico, en relación a sus estudios del ser humano nunca le permitirían explorar aquello más preciado y al mismo tiempo más atesorado por el ser humano, cual es el alma
La excitación era demasiado grande,: percibir en este instante que en sus manos estaba el futuro de su planeta era mucho y nuevamente sintió esa extraña sensación de algo interno que le preocupaba, que antes de dedicarse de lleno al estudio del ser humano nunca lo había sentido y que lejos de desagradable, lo hacía dedicarse más y más a su investigación que ya estaba llegando a su fin, y por ende de una u otra manera debía ser comunicada a las autoridades. Lo que no estaba presupuestado, sino solamente en la mente de Klotz, era que de una u otra manera , Zé y Luva debían ser sus aliados.
Aquel día, los padres de Bernie, abuelos de Zé, Bernon y Tita, no dejaban de extrañarse por la curiosa solicitud que Ze se había encargado de repetir una y otra vez:
- Yo quiero ir en el avión con mi Tita a ver a mi tía Xim a News -, por supuesto que la sugerencia, más tarde o temprano tendría eco en su abuela materna, quien toda orgullosa fijó rápidamente las metas,:
- Ok Zé, ya prepararemos la posibilidad de un viaje. Es decir, un niño de tres años, con una petición tan especial: avión, NY, tía, era mucho contenido como para pensar en una iniciativa propia y con tal sentido y tan acotada. Pero bueno, todo cabía en la gran capacidad perceptiva de Zé, y como tal se aceptó. Cuán cerca estuvimos de percibir la segunda intención del viaje (la de Klotz por cierto), si ahora nos parecía tan elemental (15 años mas tarde) de , solamente era necesario despolarizar las sinapsis Meso 456 y 457 y reemplazarlas por un tutor Meso n, relacionado con el genotipo de Klotz en esta ocasión, o de cualquiera persona con genotipo compatible para realizar una transferencia de ideas. Para Klotz lo único en lo cual no iba con él, era la necesidad de estar , a estas alturas, casi permanente “monitorizando” a Zé, para ir realizando el proceso de una manera muy gradual, de tal modo de no despertar sospechas.

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