viernes, junio 09, 2006

Cuentos para Benjamin "El Marcianito Klotz" PARTE I - CAP I

I.- Ze-Panchi:

Tú debieras haber sido brasileño Ze- Panchi, le decía una y otra vez la abuela Trudy, al pequeño de casi tres años que jugaba entre sus pierna a tratar de pintar un nuevo conejito que había dibujado, mientras la abuela desgranaba unos porotos para preparar la merienda, que por adelantado sabía que no se la comería más que Lorca y probablemente uno que otro de los “mañosos” comensales que vendría al siguiente día. Efectivamente Bernie le había puesto aquel nombre en honor a su ídolo del fútbol brasileño que tantos triunfos le había brindado a su país, ahora jugando en España y que se llamaba Ze-Reinaldo.
No era diferente lo que ocurría con el “deporte rey” ahora, el 2015, con lo que años atrás y siempre había sido la pasión que despertaba el fútbol.
Nunca supimos la causa de que fuera en él precisamente, uno de los 2000 millones de habitantes de la tierra en el cual tantos ojos estaban fijos y tanto tiempo transcurrido de aquello, estudiando sus más mínimos movimientos, incluso del sueño, hasta a llegar a formarse prácticamente una imagen completa de cómo era Ze. Su abuelo Lorca siempre estuvo alerta a sus sentimientos, y no era extraño escucharle decir: a mi me parece que Ze es algo especial, tan pronto cambia de estados de ánimo que es casi incomprensible para mí. Su abuela en tanto opinaba : no me preocupa, él es muy perceptivo e inteligente, por lo tanto su razonamiento es muy rápido y eso lo hace comportarse extrañamente en algunas ocasiones. Yo lo entiendo, a mi me pasaba lo mismo cuando pequeña…
En otro lugar del mundo, probablemente en algunas de las estaciones de rastreo de la NASA, en la zona desértica de Dallas, científicos aeroespaciales discutían el tema, puesto al tapete desde el año 2007, fecha en que comienza el interés definitivo por Marte, a sabiendas del rastreo inminente de la existencia de vida en este cercano planeta, acerca de, cómo se iba a realizar la colonización del mismo y cuáles serían las estrategias a seguir en este sentido. Más de 35 expediciones ya habían logrado reunir suficientes argumentos como para decidir: Marte, ese es nuestro objetivo y todo nuestro esfuerzo deberá ir en este sentida, crear una colonia con habitantes terrestres en su atmósfera.
Ze-Panchi estaba aquel día en uno de aquellos que no había ni que mirarlo. Todo era llanto, todo era – no quiero!, en resumen era uno de aquellos días en que su tía Lorna acotaba:- este niñito está poseído-, llevémoslo a que lo “santigüen”, vieja creencia arraigada en el campo, que consistía en que alguna experimentada mujer, poseedora de algún extraño poder, oraba por él, realizaba algunos “pases” mágicos con sus manos, y supuestamente con ello liberaba “algo” del interior del menor, que lograba la ansiada paz interior, y consecuente mejoría de su comportamiento. Veremos más adelante que Lorna no andaba muy alejada en sus suposiciones. Tan pronto como comenzaba, luego se tranquilizaba y continuaba siendo aquel inteligente y perceptivo niño que todos deseaban.

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