martes, junio 13, 2006

Cuentos para Benjamin "El Marcianito Klotz" PARTE III- CAP IV

IV EL VIAJE

- Ya amor entonces tú vas a manera de “Veterinario Personal” de Toto y deberás aprender la rutina de alimentación.
Así de simple le cae a Lorca la tarea correspondiente. Lorca, en su preparación se aseguró de que Toto le recibiera alimentos desde su mano, que comprendiera que sería su compañero de viaje, de llevar los medicamentos posibles de necesitar, Sueros de distintas composiciones y elementos de venopunción, en fin la idea era evitar contratiempos.Entretanto Trudi se había dado el trabajo de “explicarle” a Toto, con figuras pequeñas lo que significaba un avión, que él tendría que estar nuevamente en una caja da transporte, evidentemente que al recordarse de su encierro en el Circo, podría excitarse mucho pensaba ella. Así las cosas, llega el día del traslado.

Aún oscuros, en su casa, Lorca y Trudi, se levantan sin un ápice de sueño, entretanto en el terreno ya estaban la veterinaria Lorena, su ayudante Raúl, el trabajador de Lorca y otros voluntarios, además de la gente de la organización que financiaba el viaje grabando, fotografiando todo, hasta el último peo que se tiraba Toto, todo lo registraron. A esa alturas, estaba clarísimo para Trudi, cual era la misión de GDA ya había tenido dos o tres enfrentamientos con ellos, especialmente a causa del poco criterio de protección animal que mostraban, al intentar sacrificar a Toto con alguna actitud especial de éste a fin de que su toma fotográfica resultara mejor.

- ¡Ya Lorena anestesiemos!, da la instrucción Trudi, debemos introducirlo en su Caja de Transporte.

Fue la última maniobra de la Veterinaria, quien diestramente logra su objetivo, lo ve subir al camión con el cual se va Toto al aeropuerto y se abraza a su pareja con los ojos húmedos por las lágrimas, abraza también a Toto por última vez, y lo besa en su cara
- Suerte Toto…
*aclaración del autor: No siendo este relato propiamente tal, la historia de Toto, sino que nuestra manera de entrelazar la historia con la aventura de Ze Panchi y Klotz , no contaremos más detalles del viaje, o de los problemas de él, o de las contradicciones que notamos en el grupo que financiaba la empresa, en el sentido de la triste imagen que les parecía a Lorca y Trudi que proyectaban, en cada escala haciéndose notar, solicitando la presencia de la Prensa, repartiendo Mini-disc con su historia, en fin, más aún se dieron maña para formatear completamente la memoria de la cámara fotográfica de Trudi, inutilizando la totalidad de las fotos tomadas desde Santiago a Johannesburgo, en fin éramos novatos en estas lides, no pensábamos en lo que se podría ganar posteriormente con el rescate, rehabilitación, traslado y reinserción de Toto, lo nuestro, y ahí finalizaba, era dejar a Toto en el refugio, y el resto lo juzgaría el mundo.
A manera de ilustrar un último evento, no ajeno a la emoción que nos embargó, relataremos el momento en que Toto se encuentra con el primer chimpancé, después de vivir por cerca de 36 años con el hombre. Lorca le preguntaba a Trudi:
- ¿Te imaginas amor lo que significaría para uno de nosotros vivir por 26 años entremedio, por ejemplo de marcianos, encerrado en una caja, expuesto a la observación y todo aquello a que se les ocurra a los marcianos de hacernos?.

Y definitivamente, volviendo a Klotz, aquella fue la gran interrogante que se planteó cuando decidió que Zé Panchi era el hombre, encargado de prestar su cuerpo para develar la historia del Carbono, el DNA y la perpetuación de la especie humana en la Tierra… y su gran preocupación y decisión fue, después de analizar la vida de los Lorca-Trudi, : yo no haré eso, su presencia conmigo no deberá ser percibida por Zé, estará el tiempo que lo necesitemos, sin embargo encontraré el medio por que él o su familia no tenga que experimentar lo que ocurrió con Toto y esperar por un número de años que no sé cuantos serán, para que lo devolvamos a su familia o quizá tengamos que embarcarnos en una guerra sin destino, cuando alguna “Trudi” terrestre decida, en la medida que desarrollen sus exploraciones a Nova, que Zé debe ser devuelto.
Nunca pensó que esta decisión, como ya relatamos en la primera parte, le valió a Klotz la necesidad de estudiar completamente y aplicar completamente la Teoría de la Relatividad, nada menos y nada más.

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