De la serie "Cuentos"

INTRODUCCIÓN

Cuando decidimos escribir “Cuentos para Benjamín”, veíamos en Benja a un pequeño muy especial: llevado de sus ideas, encerrado en su mundo interior muy productivo, en el cual aparecen con una facilidad asombrosa los extraterrestres, las naves, los efectos especiales los cocodrilos y en fin, todo tipo de imágenes y situaciones que a su vez, llenan de tal modo su mundo interior, que le permiten casi desconectarse de las situaciones de la vida diaria tales como: saludar, integrarse a conversaciones, realizar deberes solicitados por los mayores, que son actitudes que normalmente se le piden a un pequeño de cuatro años, pero que en él pasan a ser totalmente secundarias a este colosal mundo interior que maneja de manera tan especial.
Cuando pensamos en este segundo escrito, también lo hacemos dedicado a él, pues pienso que su experiencia de vida con nosotros ha sido tan intensa para él, que en algún momento deseará saber con más exactitud cuál era el pensamiento de sus abuelos, Memé y Carlitos; lo más probable es que cuando sienta esta necesidad los mismos ya no estén, o quizá no estén tan lúcidos como para representarle vívidamente emociones y actividades que en algún momento fueron para nosotros, sus abuelos, nuestra razón de existir.
Con “Cristóbal” iniciamos una serie de 10 Cuentos o capítulos, todos ellos enlazados por nuestra historia con los monos, pero que en cierta medida reflejan nuestra historia de pareja, a la sazón, 34 de casados y 8 de pololeo, y si a esto agregamos unas pinceladas de nuestra infancia entremezclada en alguno de los capítulos, demás que Benja podrá decir algún día “ yo conocí a mis abuelos”.